Cantón, febrero de 2001
Tras pasar la mayor
parte del día en Macao, creí que ya había visto suficiente. Me
hacía más ilusión entrar en la China de verdad, la de Marco Polo…
Ya era un poco tarde pero quedaban algunos autobuses para ir hasta la
frontera. De ahi sería posible conseguir otro
autobús hasta Guangzhou, más conocida como Cantón. En la foto podéis ver una panorámica actual.
Cogí el primer autobús
y me arrepentí de haber comprado en una máquina un refresco (que
por cierto fue horroroso), ya que me faltaron unas “Patakas”
(moneda de Macao) para pagar el autobús. Tuve que pagar en dólares
de Hong Kong y aunque fue más caro, salí del apuro. Tras una media
hora llegamos a a nuestro destino, justo en la frontera con China.
Había muchísima gente, que seguramente volvía a casa tras trabajar
en Macao. Pasé al lado Chino a pie dentro de un gran edificio. Al
cruzar la frontera ya tuve problemas para orientarme. Había
innumerables colas para el control de pasaporte, con letreros en
Chino. No sabía cual me correspondía a mí…hasta que vi que en
una de ellas decía “passport”. Allí fui y tras llenar el
documento reglamentario entré en la China comunista. Inmediatamente
se notó la diferencia con Macao o Hong Kong. Los carteles
orientativos ya no eran bilingues, sólo estaban en Chino! A la
salida del edificio había una plaza expectacular y moderna, con todo
un centro comercial allí dentro. Me hice una foto, arriesgándome a
que quedase demasiado oscura y los problemas de orientación debido a
no saber ni leer ni hablar fueron in crescendo. Entre trancas
y barrancas encontré una salida y alguien me señaló una parada de
bus, al yo intentar pronunciar “Guangzhou”. Volví a pronunciar
la palabra mágica para comprar el billete y funcionó. El viaje
tardaba unas tres horas y tanto el servicio como el paisaje era
excelente, con grandes infraestructuras y moderna iluminación.
Maquillaje o realidad? Habría de esperar pocos días para conocer la
respuesta.
El viaje lo aproveché
para preparar mi siguiente movimiento: buscar alojamiento en
Guangzhou. No eran bromas hacerlo a las 22:30 de la noche, en una
ciudad desconocida dónde no se pueden ni leer los nombres de las
calles ni pedir fácilmente orientación. En mi guia tenía un mapa
de la ciudad y había dos estaciones de autobús! Pero tuve suerte,
el Albergue Juvenil al que quería ir estaba al Oeste de las dos
posibles estaciones de autobús y al ladito mismo de una estación de
tren.
Ese día amorticé mi
pequeña brújula para caminar al oeste en busca primero de una
estación de tren y luego del albergue. La estación apareció
enseguida y parecía que hubiese una manifestación, estaba
completamente llena de gente: policía, personas con pancartas, …
ni idea de lo que pasaba ahí. Pasé del alboroto y busqué la calle
cercana dónde se suponía estaba el albergue. Desde lejos se veía
una indicación en la pared que daba a un gran hotel. Busqué la
entrada sin éxito y llegué a dar varias vueltas a la manzana
completa, pero no, no había entrada en ese Albergue…Qué pasaba
ahi? Un chico joven se me acercó y chapurreando inglés me intentó
vender una habitación en algún hotel cercano, pero yo me emperré
en encontrar el Albergue. Cuanto más lo buscaba más se volvía el
encontrarlo una cuestión de orgullo. El chico me acompañó más de
10 minutos insistiendo en el hotel. Yo me tuve que empezar a poner
desagradable y no hacerle caso, pero seguía insistiendo. No caería
en la tentación. Había un Albergue cerca! Intenté encontrar la
entrada en los callejones cercanos, pero nada. Finalmente pregunté a
alguien en el hotel y resultó que el Albergue era el Hotel!! Vaya,
vaya…Por unos 50 Yuanes, 1000 Ptas de la época, iba a dormir en un
gran hotel. Me pareció barato, pero a posteriori esa iba a ser la
noche más cara de toda mi estancia en China. Tuve una habitación
doble con tele…una habitación de hotel típica, lo que yo llamo un
“hotel estandard”, dónde no hay la animación de un Albergue.
Para mí seguía sin ser el Albergue, pero buscar uno a mi gusto era
ya imposible. Sin embargo, tenía algunas peculiaridades. Los
lavabos, por ejemplo: eran comunes y estaban en el pasillo. Pero
resultaba que el botones me había abierto la puerta de la habitación
pero no me había dejado la llave. Si la cerraba tendría que volver
a buscarlo para regresar tras darme una ducha. Si la dejaba abierta,
me arriesgaba a un robo. Con todas las precauciones que tomaba por
cuidar mis pertenencias, eso era un lujo innecesario.
Youth Hostel en Guangzhou (Cantón)
Youth Hostel en Guangzhou (Cantón)
Tenía bastante hambre,
así que comí en el restaurante de un hotel cercano, bastante bien
por cierto, y me fui a acostar. Al día siguiente quería ir a
Guillin directamente, ya que no me apetecía perder más días en una
gran ciudad (tras los 6 entre Hong Kong y Macao) del inicio del
viaje.
A la vuelta ví unos
minutos la tele y tuve tiempo de observar algo curioso: en un canal
extranjero, daban las noticias y de pronto empezaron a hablar de no
se qué diplomático extranjero que había cancelado su visita a
China. Digo
que empezaron a hablar porque ahí acabó la noticia que fue cortada
de raíz por una censura que imaginé implacable pero patosa. Al fin
y al cabo, ya habían dado la noticia…
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