domingo, 9 de noviembre de 2014

Cruzando el muro de Berlín, camino a Polonia


Szczecin, julio de 1989

 
Durante el verano de 1989, último con telón de acero, pude disfrutar de mi primera beca de IAESTE (ya lo mencioné en el Post de los papeles de la FIB). Iba a pasar un mes en una ciudad polaca de nombre impronunciable, pero con gente estupenda y compañeros de prácticas fantásticos.

                                                          

                                                Puerta de Bradenburgo, en 1989


El primer año en el que busqué empresas para realizar intercambios y poder salir al extranjero no conseguí nada en Barcelona. No obstante, fui a la reunión de asignación de becas a ver si aunque tuviera cero puntos podía conseguir algo. Ya estaba en mi 4º año en Barcelona, con la carrera mínimamente encarrilada, y con ganas de pasar un verano de viajes sin gastar dinero.

En la reunión, como se podía prever, había mucha demanda de becas a países occidentales, sobre todo para practicar Inglés. Las numerosas becas de países del Este iban a quedar para el final. Cuando llegó mi turno sólo me quedaba la opción que finalmente elegí: ir a la Technical University of Szczecin, departamento de informática/gráficos. Me fui contento como unas Pascuas. A acabar el curso y luego a preparar el viaje! A través de la fotocopia que describía mi beca, me pedían llevar carné de alberguista y carné de estudiante internacional. Bien, me lo llevé todo. También fotocopié el mapa de Polonia en la biblioteca de la Facultad y tenía un mapa de la ciudad con mi alojamiento bien marcado. Luego compré un billete de tren por tramos. Creo que aún los conservo. Hice unas 6 escalas y no sé cuantas monedas llegué a tener. Al menos usé Pesetas, Francos franceses y suizos, Marcos alemanes (occidentales y orientales) y Zlotys polacos. El viaje en tren, cruzando Europa de Barcelona a Berlín, fue muy agradable y conocí muchísima gente que iba entrando y saliendo del compartimento. La llegada a Berlín fue especialmente emotiva. Para llegar se atravesaba parte de la antigua República Democrática Alemana (RDA), así que había control de pasaportes para entrar en la RDA y luego de nuevo en la República Federal entrando a Berlín. Los policías de la RDA eran muy temidos y desagradables, siempre gritando. Esa noche me despertaron al menos cuatro veces entre pasaportes y control de billetes. Aún recuerdo llegar a Berlín amaneciendo y entre unos bosques muy frondosos. Una vez allí, me pasé uno o dos días visitando la ciudad. Me quedé en un albergue y conocí a un estudiante canadiense que se parecía a Ronald Koeman y que visitó la ciudad conmigo. Entre otras cosas vimos Check Point Charlie (museo del muro, dónde se veía como la gente había intentado huir a la RFA y por ahí cerca me hice una simbólica foto orinándome en el muro. Pocos meses después yo bromeaba que por eso había caído.

                                        Razón por la que cayó el muro en 1989  

De ahí me tocó comprar un billete de tren a Szcecin. Pasé por la estación de Friedrichshafen y al pasar el control de pasaportes para entrar en la RDA o era el único de la cola, o casi. Comparado con el día que regresé que era una cola enorme, la diferencia fue brutal. Cuando ya en la RDA cogí el tren a Szczecin fue espectacular como la gente se subía con el tren aún en marcha para coger sitio. Parecía que mucha gente hubiese ido a Berlín Este a pasar el día e ir de compras. Iban todos muy cargados.

Después de unas 3 horas de trayecto y ya de noche llegué a mi destino en Polonia. Allí no sabía muy bien como ir a la dirección de mi residencia de estudiantes. Recuerdo que me pagaban  unas 500 Ptas / 3€,  pero tenía el alojamiento gratis. Llevaba unas 10.000 Ptas para gastar así iba a vivir como un Rey. Decidí pillar un taxi y unos 15 minutos después estaba en la residencia. No sabía muy bien cuanto pagar ya que el taxista sólo hablaba polaco (y bien que le interesaba). Le di unos pocos Marcos alemanes y pareció más que satisfecho. Le pedí cambio y no quiso devolver nada. Bueno, no era mucho. Al día siguiente me dirían que me había estafado, que había pagado al menos 10 veces el precio de la carrera...Intentaría que no volviese a pasar. Más por la honra que por el dinero, al menos en un país como Polonia.

                                   Carné de estudiante en prácticas

                                   Estación de Szczecin en 2006
   
Bueno, llegué a la residencia y me llevaron a mi habitación, que iba a ser compartida. Vi que en la otra cama había un Vikingo durmiendo. Al día siguiente lo iba a conocer. Era Stig, un estudiante de informática noruego bastante peculiar, con pelo largo y mucha barba. En los próximos días conocí a varios estudiantes más que colaboraban con IAESTE, ayudándonos y haciéndonos de guía. Todos fantásticos. Entre los estudiantes extranjeros en prácticas, había unos estudiantes de arquitectura, uno suizo y una eslovena (aún yugoslava), varios suecos y unos días después llegarían 3 estudiantes más de mi Facultad. Íbamos a pasar uno de los veranos de nuestras vidas! Ya lo contaré más adelante en otro Post.


                                                   Fotos que hice en Szczecin en 2006

La vuelta a Berlín en tren fue accidentada: nos pararon y registraron el compartimento varias veces. Debía haber contrabando. Mis compañeros (a quienes por suerte no conocía) llevaban varias chaquetas a la vez, una sobre otra, y muchísimo equipaje. Los guardias registraron hasta desmontando las butacas. Por desgracia se quedaron detenidos. Al llegar a Berlín Este me dieron un visado de tránsito por 24 horas, así que di un paseo por la ciudad (bastante triste) y vi algunos parques. Creo que sólo llevaba pan y chocolate para comer...Lo único interesante era ver que entre la escasez del país también estaban los sujetadores.

No quise demorar más mi salida y me fui hacia la estación por dónde se salía a Berlín Oeste. Como decía antes, muy poca cola y mucho control. Esperando mi turno llegué a pensar que pasaría si llegaba a perder mi pasaporte...Un polaco que conocimos y que nos llevó de camping durante nuestra estancia nos comentaba que en las empresas había infiltrados de la policía política y que no veía una salida cercana a su situación de aislamiento. Por suerte unos pocos meses después, hoy hace 25 años, el muro cayó.

Saliendo de Berlín muchos cambios de tren volviendo a Barcelona y vi que mi madre no podía esperar a que llegara a casa pues me compró un vuelo a Menorca que al llegar ya había perdido. Tuve que coger el barco. Me quedaba lo peor del verano: estudiar las asignaturas que me habían quedado para septiembre. Suerte que Carmen Serra me dejaba su chalet para ir a estudiar!


                                                                        Szczecin en 2006

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