sábado, 17 de enero de 2015

Un verano en Checoslovaquia


A finales de 1989, unos meses después de la caída del muro de Berlín, el partido Comunista perdió el poder en Checoslovaquia y Václav Havel accedió a la jefatura del Estado. Fue una suerte haber pasado el verano del 89 en la Polonia Comunista y el verano siguiente vivir la experiencia en un país cercano justo después de su revolución del Terciopelo.

                                                      Centro de Praga (*)

                                                           Praga, Julio de 1990

Brno, Julio y Agosto de 1990


Durante mi segundo año en IAESTE tampoco pude conseguir becas para extranjeros en Barcelona. No obstante, las becas en países del Este seguían poco demandadas y pude conseguir una para Brno, en la extinta Checoslovaquia por 6 semanas.
Con la experiencia del año anterior en Polonia la organización del viaje fue mucho más fácil y me permití una parada en Venecia, coincidiendo con la semifinal del mundial de fútbol de Italia. Allí, en la estación de tren vi por la tele como la Argentina de Maradona eliminaba a los anfitriones. Cuando acabó el "funeral" seguí con mis numerosos trayectos de tren destino Viena, dónde visité a una amiga que había conocido el año antes en Polonia. Viena fue una ciudad fantástica, llena de monumentos y allí pasé unos 3 o 4 días. De Viena ya tenía tren directo a Brno.


                                                 Información de cómo llegar a mi residencia en Brno

La llegada a Brno iba a ser pan comido pero no lo fue. Con el mapa y por supuesto sin GPS, llegué de la estación a la residencia marcada en el plano que me habían enviado. Cuando di mis datos en recepción me explicaron en checo no sé qué pero que el resumen era muy facil: "no duermes aquí, búscate tu residencia". Tenía prisa, pues debía encontrar primero alojamiento y luego una tele. Ese día era la final del Mundial. Tuve suerte de quedarme un rato por allí, ya que pronto apareció alguien que no sé en qué idioma me dijo hacia dónde se había ido otra persona buscando el mismo lugar que yo. Bajé varias calles y ¡Bingo! encontré la residencia dónde sí tenía reserva.  Me dieron mi habitación doble y esta vez mi compañero no había llegado. Luego iba a saber que llegó a Brno el día anterior pero hasta el día siguiente no localizó la residencia..


Después de hacer una buena siesta, conocí más estudiantes que estaban o iban llegando en prácticas. Argentinos, egipcios, americanos, suecos, etc. Con algunos de ellos vimos la final del mundial y al día siguiente a presentarme al trabajo.
La beca era en una empresa llamada INTES y allí conocí a mi jefe. Me dio dos trabajos: uno hacer un analizador léxico y sintáctico de dBase4. Fácil pues ese año había estudiado compiladores y la práctica era casi lo mismo. La dificultad fue que el manual que me dieron de dBase4 estaba en checo, pero las palabras clave estaban claras. Como segunda tarea me dieron unos documentos a "estudiar" y que al final de mi beca debería explicar a mis jefes y compañeros. Algo de Bases de Datos temporales...Íba a ser mi primera exposición en público y pasé muchísimos nervios hasta el último día.

Ese verano fue extraordinario. Hice buenísimos amigos, sobre todo Julio (de Mendoza - Argentina) y Ángel (de Santander - mi compañero de habitación). También un egipcio muy simpático llamado Saleh y muchos más. Jugamos a fútbol, viajamos, salimos, viajamos a Praga dos veces, etc. 

Durante nuestra estancia en Brno conocimos bastantes checos. Varios eran de IAESTE que incluso nos llevaron de acampada por las montañas cercanas a Polonia. También unas chicas que hacían Kajak y nos llevaron a un lago. En Brno no había mucho ambiente nocturno pero encontramos un par de sitios dónde salir y pasarlo bien. A mi aún no me gustaba la cerveza, pero la checa sí me gustó. ¡Buenísima!
 
Para ir al trabajo cogía un trolebús y un tranvía. Allí en la oficina éramos 4 personas pero realmente sólo una trabajaba. No había ni paro ni trabajo para todos. Un señor, resignado, me dijo un día: voy a hacer lo que tengo que hacer hoy. Grapó unos documentos y ya había acabado.  Mi jefe había sido profesor en la universidad. Creo que ya no lo era por problemas políticos. Otro de mis compañeros era Jirik, informático y que me enseñó Brno una tarde. También había una señora cuyo sueño era poder viajar por Europa. Aún lo tenían prohibido pero poco tiempo después se hizo guía de viajes.

De Brno a Praga hay unas 4 horas de tren. Los trenes eran buenos y baratísimos. Fuimos allí dos fines de semana, dónde vimos dónde hubo unos meses antes la Revolución del Terciopelo. Praga sigue siendo la mejor ciudad que he visitado, aunque ahora ya habrá perdido algo de su encanto por la globalización. El castillo, el puente de San Carlos a rebosar de gente, la plaza con gente tocando música húngara...Impresionante. Y había un ambiente extraordinario. Ese verano tocaban los Rolling Stones y si no los hubiese visto en Junio en Barcelona hubiese pospuesto mi regreso para verlos. No convenía, en Menorca me tocaba el final del verano de estudio de varias asignaturas que me quedaron para Septiembre...
                                       

                                                                   Con Ángel, despedida en nuestra habitación

 Más fotos mías

carta de recomendación
extracto del diario de viaje

Primera foto (*)
«Praha Staroměstské náměstí». Publicado bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons -


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