Banyoles, noviembre de 1989
David y yo estábamos estudiando la carrera en Barcelona y vimos un anuncio: la UPC organizaba unas jornadas polideportivas en Banyoles. Era durante un puente de noviembre. Nos apuntamos y allí fuimos, creo que en autocar.
Fue una magnífica idea. Desde la primera noche hicimos bailes de salón cada día tras la cena. Ninguno de los dos tenía ni idea, pero fue divertido. Al día siguiente empezamos con los deportes: bici de montaña, hípica, piragüismo y remo.
Cada día fue mejor que el anterior y conocimos a muchos chicos de nuestra edad. Durante una de las salidas en bici, llegamos a Besalú. Un pueblo realmente bonito con una entrada medieval por un puente. A David le había tocado una bici defectuosa y en las paradas se dedicaba a intercambiarla con algún despistado. Creo que a mi me lo hizo y me enfadé mucho.
Banyoles tiene un lago famoso donde hacíamos los deportes acuáticos y caíamos a la fría agua de noviembre aprendiendo a ir en piragua. También visitamos un museo famoso por tener un pigmeo disecado. Algo bastante triste.
Fue también durante ese fin de semana cuando montamos a caballo por primera vez. No tengo en cuenta aquí cuando de niño me subieron a uno alguna vez, por ejemplo en El Picadero.
Los estudios absorbían nuestro tiempo, o al menos el mío, y no repetí experiencias como esta que nos permitieron tener una base en varios deportes que no conocíamos. Desde entonces siempre que puedo alquilo un Kayak y alguna que otra vez he vuelto a montar a caballo. Con David también fuimos alguna vez en Kayak a l'illa d'en Colom desde Es Grau.
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