sábado, 6 de junio de 2015

Prácticas en Polonia - extracto del diario de viaje (2/2)

Szczecin, julio de 1989

En total estuve en Polonia un mes. Me pagaron por el trabajo (Universidad Técnica de Szczecin) unos 3 Euros, y tenía gratis una habitación compartida. Era en una residencia de estudiantes y para ir a trabajar me bastaba cruzar la calle. Por la ciudad nos movíamos en tranvía. En total gasté 10.000 Ptas (unos 60 €), lo que allí era una auténtica fortuna. Durante ese mes fue como ser millonario. Podía comprar casi todo lo que veía. Me traje varios chandals, una tienda de campaña, muchos regalos y una agenda con direcciones de amigos de medio mundo.

                            Cena con los otros becarios y nuestro amigo Lasek de IAESTE en Polonia

Como conté antes, los otros españoles se fueron al lago de Kowovo, cerca de Rakovo, de fin de semana con su jefe. También nos había invitado a los demás, pero como trabajábamos salimos un día tarde. Lasek perdió el tren, pero yo y otros dos nos levantamos a tiempo para cogerlo. Iba a ser el mejor fin de semana del viaje.
Tenían unas 5 tiendas de campaña, para 10 personas cada una. Una era para comer, con una mesa grande y dos bancos. Alrededor del lago no había ninguna casa. Sólo de noche se apreciaban algunas fogatas al otro lado del lago. El agua era limpísima y la bebíamos con el té (herbata), que era sin sobre. Las hojas directamente a la taza, un rollo para beberlo sin tragarlas. Al río no se tiraba nada: el agua sucia de lavar los platos o la que tirábamos al lavarnos los dientes iba a un agujero negro para que se filtrase. Hasta ese momento no había visto en ningún sitio tanta sensibilidad con el medio ambiente y me encantó.
Alquilamos unas canoas y paseamos por el lago. A través de un riachuelo, que en algunos lugares no tenía ni un palmo de profundidad y cubierto de árboles fuimos a otros lagos, algunos más grandes. Unos días después las agujetas eran terribles, pero valió la pena.





Al lado del lago teníamos también una red para jugar a Voleibol o bádminton. Un día hicimos un partido de voley sobre el barro. Había llovido mucho y antes habíamos ido a devolver las canoas. En el pueblo compramos bombones y volvíamos por el camino cuando nos cruzamos con unos soldados rusos. Igualitos que los de las películas. Luego nos pilló la tormenta y volvimos corriendo. Andando era una media hora, corriendo bastante menos. En medio del camino hice una curva rápida con mis chanclas y patiné. Caí en el barro y con el lado derecho hecho una mierda seguí corriendo. Al llegar al lago nos tiramos al agua. 
Al anochecer fuimos de paseo alrededor del lago y nos volvió a llover. Por la noche en la fogata estaba en calzoncillos y  gabardina mientras una chica rubia polaca me ayudaba a secar los tejanos. Bebíamos "russian martini" y cantamos (cada uno en su idioma) L'estaca y Yellow Submarine. El jefe quería volver a las piraguas a medianoche pero yo le dije de esperar al amanecer. Esperamos y como volvió a llover nos fuimos a dormir. 
El jefe de mis compañeros era un personaje. Muy simpático, no hacía más que contar historias. Por ejemplo, no veía salida a su situación política. Hablaba de que "algún día..." la cosa podría cambiar. Poco podía imaginar que cuatro meses después iba a caer el muro de Berlín. Nos comentaba que todas las empresas tenían infiltrado un  policía político. En aquella época ya estaba tan asumido que hasta sabía quien era en su empresa.

Los otros fines de semana antes de mi vuelta visité Cracovia, Varsovia y Poznan. El viaje a Cracovia lo hice con Stig y la verdad es que como durante la guerra los alemanes lo demolieron casi todo no vale mucho la pena. En cambio Poznan, y sobre todo Cracovia me gustaron mucho más. Especialmente Cracovia. Mis amigos se fueron casi todos a visitar Auschwitz pero como Nina se quedaba a ver Cracovia me quedé con ella. Fue una buena elección pues lo pasamos muy bien y en cambio nuestros amigos volvieron horrorizados.

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